Me apetece contaros una conversación
dentro de una historia totalmente
inventada, pero que como dicen en las películas, la realidad supera la ficción.
Empecemos primero por los
personajes:
- Hilario dueño de una empresa, que heredo de su padre y que afortunadamente se encuentra en plena expansión, aún en estos momentos de crisis. Hilario es trabajador y conoce el negocio al dedillo, desconfiado, sólo admite opiniones de Manolo. Casado y padre de dos hijos Raúl (19 años) y Marta (18 años)
- Manuel empezó a trabajar en la empresa junto con Hilario cuando ésta todavía era una pequeña Pyme, conoce todos los entresijos de la empresa, conoce personalmente a todo el personal que trabaja para Hilario, ahora y con el tiempo ha pasado a ser el la mano derecha de Hilario. Su principal característica es la fidelidad a la empresa. Casado y padre de mellizos, Javier y Nieves mellizos (18 años).
El teléfono de Manuel suena, en
la pantalla aparece el número 101 es la extensión de Hilario, a Manuel no le
sorprende, ya que está esperando esa llamada, hace unos días le dijo que
deseaba hablar con él , de un tema personal.
Manuel descuelga el auricular y
al otro lado se escucha a Hilario decir:
- Manolo, puedo atenderte ahora.
- Enseguida voy, Hilario.
Manuel, abre su cajón y extrae
una carpeta verde clarita, se pone su americana de color azul marino y se
coloca la corbata.
Sale al pasillo y repasa
mentalmente lo que quiere decirle a Hilario, una vez enfrente del despacho de Hilario,
se vuelve a colocar la corbata y con los nudillos llama firmemente a la puerta,
desde el otro lado se oye la voz de Hilario que dice:
- Pasa, pasa Manolo.
Manuel entra al despacho, enfrente Hilario sentando en su gran sillón de piel, habla por
su Iphone, mientras le hace una señal para que tome asiento, este deja la
carpeta verde clarita encima de la mesa, y hace como que no está escuchando la
conversación que su jefe mantiene por teléfono, mirando hacia la ventana contemplando una vez más las espectaculares vistas de Madrid.
Hilario, finalmente termina de
conversar por su Iphone, se ajusta sus gafas y cruzando las manos sobre su
portapapeles, mira a Manuel y dice:
-Tú dirás, Manolo, te advierto
que tengo poco tiempo, he quedado a comer con uno de nuestros mejores clientes.
Manuel no pierde el tiempo, y sin más preámbulos le dice que necesita un
pequeño préstamo.
-Vaya, vaya Manolo, ¿qué
cambiamos de coche?.
-No, dice Manuel, el Toyota, tiene que aguantar algunos añitos más, dice
sonriendo.
-¿Entonces…?
-Veras Hilario, este año los
chicos empiezan la Universidad, aprobaron las selectividad en Junio con nota
suficiente para hacer las carreras que ellos eligieron.
-Ya, ya, dice Hilario, mientras
coge entre sus manos el Iphone.
Manuel, no deja terminar a Hilario
y comienza a contarle que los chicos se han esforzado mucho, pero que
desgraciadamente y con la subida tan espectacular de matriculas y asignaturas,
libros y material, pueden costear la carrera a uno de ellos, pero a los
dos les es imposible.
-Te he preparado este cuadro, continuo diciendo Manuel, para que
veas como devolvería el dinero, creo que con las pagas de Navidad y la de verano, quedaría saldada la deuda.
-Es demasiado dinero, dice
Hilario, mientras no deja de dar vueltas
al dosier que le ha presentado Manuel,
demasiado, vuelve a repetir, mientras que se levanta de su sillón y enciende un cigarrillo, saltándose
la prohibición.
Hilario se levanta lentamente de su lujoso sillón, dirigiéndose hacia la ventana donde tiene esas espectaculares vistas, continua diciendo de manera
condescendiente, ¿pero los chicos quieren estudiar realmente la carrera?,
mientras se vuelve y se encamina a buscar el cenicero que adorna su pequeña
mesa de reuniones, ¿no será cabezonería vuestra?.
Manuel, mira a su jefe algo
desconcertado, ¿qué es lo que quiere decir?, ¿cabezonería nuestra?
-Mira Manolo, prosigue Hilario,
ahora hay módulos muy interesantes, donde preparan a los chicos para que sean
unos verdaderos profesionales, les enseñan un oficio, donde poco a poco pueden
ir progresando y no cuesta tanto dinero, sobran Licenciados, Manolo, mira lo
que dice Paco, si hombre el de la Razón, que su vecino de abajo es fontanero y
esta forraooo!!! que igual que abogados, ingenieros o médicos, debe haber
fontaneros, albañiles y electricistas, que no es ningún desprestigio, tío majo
el Maruenda, sabe de lo que habla. ¿Sabías? y dirigiéndose directamente a Manuel, que su hija es compañera de carrera de mi
chico en el ICAI.
Manuel, recoge su carpeta verde
clarita y sin mirar a Hilario le pregunta por sus hijos, a lo que este
contesta:
-No sé que voy hacer con Raúl,
lleva dos años en el ICAI y chico, tuvimos una reunión con su Jefe de Estudios
y nos dijo que sería mejor que repitiera el curso, ya que el año anterior se lo pasó
de fiesta en fiesta. Hilario, mueve la cabeza y vuelve a repetir, no sé qué va
a ser de este hijo. El otro día sin ir más lejos, mientras jugábamos al Padel, le deje muy claro
que estudia o estudia que en su clase social todo el mundo tiene un título
universitario y que si quiere ser alguien el día de mañana tendrá que
esforzarse un poco. En fin chico, no sé que voy hacer con él, termina diciendo.
¿Y Marta?, pregunta Manuel
-¿Marta?, tú fíjate, lo que nos
dijo ayer por la noche. Quiero empezar a trabajar papá, no me gusta estudiar,
sabes que controlo muy bien los temas informáticos y seguramente, Manolo me pueda buscar un sitio
en la empresa.
-Lo tiene clarísimo Manolo,
quiere empezar a trabajar en Septiembre, y por las tardes, asistir a la Escuela de Oficios a realizar un módulo
de Informática, que es lo que la gusta.
Carmen y yo nos miramos, continuo
diciendo Hilario, no podíamos creer lo que nos estaba diciendo y esta vez abrió
exageradamente los ojos “un modulo profesional”, mi hija.
Manuel, trato de calmar a
Hilario, ofreciéndole otro cigarrillo, se había puesto demasiado nervioso.
Una vez que este se tranquilizo, le dijo, te aseguro Manolo que estos van a la Universidad por mis cojones, cueste lo que cueste y los años que sean necesarios, pero acaban sus carreras.
El Iphone sonó, era la alarma
para recordarle que tenía que comer con el cliente, Hilario se volvió hacia la
mesa, recogió su teléfono y cordialmente le dijo a Manuel que se lo iba a
pensar, pero que él también pensara en lo que le había dicho, se pierden los oficios Manolo, y dio por concluida la reunión.
Como dije anteriormente es una
conversación totalmente ficticia, pero lo que es real como la vida misma es, que
nuestros “chavales” cada vez lo van a tener más y más difícil estudiar una
carrera universitaria, a no ser que su padre sea un tal Hilario o un tal
Maruenda o un tal como se llame.
Me parece de lo más detestable
que un chav@l no pueda hacer sus sueños realidad, por la falta de recursos,
porque si no dispones de unos MILES de euros, no hay tu tía. No quiero decir
con esto, que como dice el amigo Paco, no haya fontaneros, albañiles o electricistas, profesiones dignas
donde las haya.
Quiero igualdad de oportunidades para todos, quiero que si un chav@l no tiene intención de estudiar porque no le gusta, porque no tiene la suficiente capacidad para ello, pueda escoger otras alternativas, pero, el que quiera cursar estudios universitarios pueda realizarlos sin ningún tipo de inconveniente, no se vea marginado a estudiar algo que no quiere, algo que en realidad no llene sus expectativas a futuro. Quiero que estos chic@s puedan elegir libremente.
Quiero igualdad de oportunidades para todos, quiero que si un chav@l no tiene intención de estudiar porque no le gusta, porque no tiene la suficiente capacidad para ello, pueda escoger otras alternativas, pero, el que quiera cursar estudios universitarios pueda realizarlos sin ningún tipo de inconveniente, no se vea marginado a estudiar algo que no quiere, algo que en realidad no llene sus expectativas a futuro. Quiero que estos chic@s puedan elegir libremente.
No dejemos que tipejos como Maruenda y compañía, bien aleccionados por su partido, nos coman la
oreja con este tipo de discursos, estamos en el siglo XXI, donde deberíamos ir
hacia adelante y no hacia atrás que es lo que ellos pretenden.
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